miércoles, 28 de marzo de 2012

Gatos mariposas.

Si alguien me hubiera dicho que íbamos a terminar así, te juro que lo habría evitado. Yo nunca te di pie a nada, te dejé las cosas claras desde la primera conversación, sabías que estaba rota y que no era capaz de dar más de mi misma.
Me dijiste cuando quedamos que tú ibas con ilusión, sí, pero que sabías que no podías pedir más de mi, que ibas para verme, que te bastaba con verme.
 El caso es que no fue una mala noche, yo me lo pasé bien y no hubo momentos incómodos, menos mal, pero claro, tú querías más y todo se empezó a complicar.
No he querido hacerte daño, me duelen las conversaciones que tenemos ahora, porque ya no sólo cargo con mi corazón roto, ahora encima me hago daño en las plantas de los pies porque tus cachitos son muy afilados, y encima es mi culpa.
De verdad que lo siento, no más mails, no más tweets, no más echarme cosas en cara, porque no ha sido mi culpa tampoco, no te estoy diciendo que sea la tuya, nadie tiene la culpa de esto, pero no lo hagas más difícil, que mantener una amistad tampoco es fácil, ni es peor que intentar llegar a algo más.
Créeme cuando te digo, que así es mejor, para tí soy ahora una sigla más y para mí una entrada más en mi blog, creo recordar que alguna vez me dijiste que te gustaría verte reflejado en él, pues aquí lo tienes.
No lo lleves por mal camino, yo pongo de mi parte, en tu mano está que seamos amigos o que esto termine aquí para siempre.

domingo, 11 de marzo de 2012

Un bucle. Un lazo diferente al de los demás. Una extraña atracción emocional (y física) que nos tira el uno hacia el otro. Besos que quizá no debimos darnos nunca y besos que quedan por darnos. Un "Has sido la primera en muchas cosas" o un "Esque tengo miedo de perderte". Cosas que nos describen en unidad, no por separado, por separado nada de esto existe, son matices nuestros, que están dentro, no fuera, por eso sólo los comprendemos nosotros.

Me gustaría levantarme todos los días abrazada a tí, es algo a lo que podría llegar a acostumbrarme fácilmente, qué digo acosumbrarme! podría ser mi droga, o algo así, de lo que depender.
Me quieres, lo sé, me lo has dicho varias veces, pero es un cariño distinto, es amor sin llegar a serlo, es atracción desenfrenada, es algo complicado, a fin de cuentas, como nosotros y nuestro lazo.

"Ojalá" Cuántas veces pensé en esa palabra! "Ojalá tú" "Ojalá yo contigo" "Ojalá nosotros".."Ojalá",en definitiva.

Veremos cómo avanzamos, veremos quién es el fuerte que le para los pies al otro, según tú, tengo que ser yo, pero seamos sinceros..si te acercas para besarme, olvidate de que te rechace, es ley,querido mío.

¿Crees que seremos capaces alguna vez de tener una relación de hermanos? Un gran amor el uno por el otro, pero como eso, hermanos, amigos inseparables quizás, olvidar todo lo que tenga que ver con el tema de los amantes. "Amantes" qué palabra! No..esa nos viene grande. No somos amigos, bueno sí, claro que somos amigos, amigos que se besan esporádicamente. "Besamigos". No, no me gusta.

Es igual, total, por encima de todo está la verdad inquebrantable de que sea lo que sea con el nombre que sea, es nuestro, nos pertenece a tí y a mí. Allá nosotros con nuestros errores, que se queden en nuestra pompa y nos terminen ahogando. O no. Quién sabe.

viernes, 9 de marzo de 2012

Lo que me consuela es que no es permamente. O eso espero.

lunes, 5 de marzo de 2012

Consideración...la que tú tienes.

¿Cómo te atreves a mandarme ese mensaje? Después de un año “juntos”, después de decirme mil veces que no podíamos ir más allá porque tú no estabas en el mejor momento de tu vida como para tener novia formal pero que querías seguir así conmigo, después de tantas noches juntos, tantas conversaciones, tantos “tú y yo compartimos mucho más que una pareja de novios tradicionales”, después de todo eso me mandas un puto mensaje diciéndome que tenemos que hablar, que sientes haber estado desaparecido estos días, que no quieres mentirme y que estás conociendo a alguien “cariñosamente”.


¿Cómo te atreves a decirme que quieres mi opinión, que necesitas que lo sepa?

Yo, con mi más sincera necesidad de mantenerte ahí, de alguna forma, te contesto que me parece bien, que incluso me alegro por ti, que “a ver si me la presentas :)”

Ahora me doy cuenta de que nunca estuve a tu altura, porque de haber sido así, yo sería “Ella”, ¿no crees?.

Demasiados meses dejándome llevar, aferrada a una esperanza que tenía más de ilusión que de posible realidad, y ahora..ahora está “Ella”, ahora yo sólo soy tu amiga, pero eh… según tú “mi única amiga de verdad” A saber a cuántas le habrás dicho eso…

Ahora insistes en que te cuente cómo me va a mí, en que quieres verme y que tienes muchas ganas de hablar conmigo, de oírme y yo me pierdo, no sé a qué juegas, no sé qué más quieres de mí si ya te lo he dado todo, todo a cambio de un puto mensaje hablándome de otra.

Esto parece un escrito vengativo, desesperado, cualquiera que lo lea sin saber la historia completa te verá a ti como el pobrecito acosado por mí, una fan loca, o algo así. Qué triste eso de aferrarse a alguien hasta que te dan la patada, qué triste que un sentimiento alcance tales magnitudes que tu vida tienda a depender de la de otra persona. Qué triste no haber escuchado a mis amigos cuando me advirtieron, desde luego, no hay más ciego que el que no quiere ver…

Es realmente triste eso de querer hasta que duele, porque es algo que te llega tan adentro, que al arrancártelo de golpe duele, y no me refiero a que duela emocionalmente, no, me refiero a ese peso que sientes en los hombros, a ese vacío en el pecho, sí, el amor también duele físicamente.

Yo te quise, no sabes cuánto, asique espero que ella te quiera como sé que mereces, porque a pesar de todo, si pudiera volver atrás, te volvería a querer. También espero que con ella no cometas el mismo error, puedes matar a alguien por equivocación pero, una vez pasado eso, no lo repitas con nadie más, quiérela y cuídala, supongo que si la has escogido es porque lo merece, ella te merece y tú la mereces a ella, yo, en cambio, nunca gocé de ese privilegio, aunque a veces llegué a creer que sí.

Ahora os pertenecéis a ambos y yo…yo sigo siendo del viento.