lunes, 5 de marzo de 2012

Consideración...la que tú tienes.

¿Cómo te atreves a mandarme ese mensaje? Después de un año “juntos”, después de decirme mil veces que no podíamos ir más allá porque tú no estabas en el mejor momento de tu vida como para tener novia formal pero que querías seguir así conmigo, después de tantas noches juntos, tantas conversaciones, tantos “tú y yo compartimos mucho más que una pareja de novios tradicionales”, después de todo eso me mandas un puto mensaje diciéndome que tenemos que hablar, que sientes haber estado desaparecido estos días, que no quieres mentirme y que estás conociendo a alguien “cariñosamente”.


¿Cómo te atreves a decirme que quieres mi opinión, que necesitas que lo sepa?

Yo, con mi más sincera necesidad de mantenerte ahí, de alguna forma, te contesto que me parece bien, que incluso me alegro por ti, que “a ver si me la presentas :)”

Ahora me doy cuenta de que nunca estuve a tu altura, porque de haber sido así, yo sería “Ella”, ¿no crees?.

Demasiados meses dejándome llevar, aferrada a una esperanza que tenía más de ilusión que de posible realidad, y ahora..ahora está “Ella”, ahora yo sólo soy tu amiga, pero eh… según tú “mi única amiga de verdad” A saber a cuántas le habrás dicho eso…

Ahora insistes en que te cuente cómo me va a mí, en que quieres verme y que tienes muchas ganas de hablar conmigo, de oírme y yo me pierdo, no sé a qué juegas, no sé qué más quieres de mí si ya te lo he dado todo, todo a cambio de un puto mensaje hablándome de otra.

Esto parece un escrito vengativo, desesperado, cualquiera que lo lea sin saber la historia completa te verá a ti como el pobrecito acosado por mí, una fan loca, o algo así. Qué triste eso de aferrarse a alguien hasta que te dan la patada, qué triste que un sentimiento alcance tales magnitudes que tu vida tienda a depender de la de otra persona. Qué triste no haber escuchado a mis amigos cuando me advirtieron, desde luego, no hay más ciego que el que no quiere ver…

Es realmente triste eso de querer hasta que duele, porque es algo que te llega tan adentro, que al arrancártelo de golpe duele, y no me refiero a que duela emocionalmente, no, me refiero a ese peso que sientes en los hombros, a ese vacío en el pecho, sí, el amor también duele físicamente.

Yo te quise, no sabes cuánto, asique espero que ella te quiera como sé que mereces, porque a pesar de todo, si pudiera volver atrás, te volvería a querer. También espero que con ella no cometas el mismo error, puedes matar a alguien por equivocación pero, una vez pasado eso, no lo repitas con nadie más, quiérela y cuídala, supongo que si la has escogido es porque lo merece, ella te merece y tú la mereces a ella, yo, en cambio, nunca gocé de ese privilegio, aunque a veces llegué a creer que sí.

Ahora os pertenecéis a ambos y yo…yo sigo siendo del viento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario