Era una habitación oscura..no había nada y llovía.
Yo estaba en medio,hecha un ovillo sintiendo el agua golpear con fuerza mi cuerpo y mi mente,los truenos me asustaban pero no me importaba,en ese momento nada era peor que tu ausencia.
El suelo se tiñó de rojo,el rojo de la sangre que caía de mi pecho,el agujero de tu ausencia era cada vez más grande y dolía,quemaba,mataba.
Pero no podía hacer nada,solo esperar y no pensar en nada porque todo me recordaba a ti y eso alimentaba el dolor.
¿Qué ha pasado?¿Cómo he llegado a esto?
Y entonces te ví,estabas frente a mí con tu mirada de superioridad,esa que siempre hacía que me sintiera inferior a todo,con la cabeza erguida y una expresión indefinida.
El dolor se hizo insoportable,empecé a retorcerme y a gritar con todas mis fuerzas y tú seguías impasible delante mía,con esa media sonrisa..
Era cierto,núnca te importé y ahora,gracias a la lucidez que me concede el grado de dolor puedo entenderlo..ellos tenían razón,siempre la tuvieron y yo no quise escucharles hasta que fue demasiado tarde.
Sé que todo ha terminado y que los errores se pagan caros,pero por favor...sácame de aquí,sálvame...
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