Cuando tú no estés, yo ya tampoco estaré, porque ¿para qué
estar en un espacio vacío? ¿para qué existir sin tu existencia? ¿para qué yo sin
ti?
Cuando tú no estés mi mundo se vendrá abajo, porque mi
debilidad humana hizo que tu presencia sujetara mis días, que tus ojos
levantaran mis ánimos, que tus besos evitaran mis caídas.
Igual que ahora estás, algún día no estarás, cada día lo
tengo más claro, cada día soy más consciente de ello, es cierto que hace poco
te veía como mi futuro, un futuro que tenía más de utopía que de realidad, eso
es cierto y ahora lo sé, y esta vez, esta ruptura que tan cerca tenemos, será
definitiva, al menos por mi parte y sé que si yo no vuelvo, tú tampoco harás
nada para que vuelva.
Si supieras lo que te quiero, si supieras lo importante que
eres para mí, me dejarías, porque sé que no quieres que me ilusione, que no
quieres que me enamore porque tú no lo harás y no quieres hacerme daño, pero
amor…estoy tan cerca… ¡Tan cerca de enamorarme de ti! ¡Tan cerca de caer por el
abismo del verde de tus ojos! ¡Tan cerca de vivir por y para verte sonreír!
Tú, más que nadie, mereces ser
feliz, por encima de todo, por encima de mí, por encima de mis ganas de hacerte
sonreír, porque si estar conmigo no te hace feliz…¿a qué jugamos? ¿qué estamos
haciendo? ¿a qué esperamos? Si tú estás bien, yo estaré bien, aunque eso
requiera alejarme de ti. ¿No es eso el amor? ¿Hacer todo para ver feliz a esa
persona? Pues si ese todo es alejarme de ti, acabar con esto, bienvenido sea.
Cielo, que te quiero, que eres muy
importante para mí, que tienes una fuerza que muchos quisieran, que todo por lo
que estás pasando ahora, algún día serán sonrisas, éxito, amor, felicidad en
definitiva. Es el karma, amor, y tú mereces ser feliz, como dije antes, por
encima de todo.
Cuando tú no estés mi vida dejará
de tener sentido por un momento, pero el mero hecho de saber que estarás bien,
que encontrarás a alguien a quien realmente ames y que te ame como yo te amo,
con el mero hecho de saber que sonreirás todos los días, con eso, yo estaré
bien, te lo prometo, y reharé mi vida y
seré feliz.
Una vez más, te quiero y aunque no
estés, te seguiré queriendo.
Uhm, pero en realidad, lo escrito es también utopía. Bien sabemos que cuando esa persona no esté, su felicidad también nos dolerá; sobre todo porque pensamos: ¿qué hice (o no hice) para que conmigo no fuese feliz? ¿Por qué él/ella tiene derecho a ser feliz y yo sufro por su causa?
ResponderEliminarA veces un "adiós" prematuro aminora el dolor, por duro que suene ;)